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TAMBIÉN SE PRESENTÓ LIBRO SOBRE SU VASTA TRAYECTORIA
Sobre la hora 19 del pasado martes, quedó abierta al público una muestra de pinturas del eximio Mario Giacoya, reconocido plástico uruguayo nacido en la ciudad de Sarandí Grande, que desde su juventud pasó a estudiar en talleres de la capital, donde creció artísticamente hasta lograr trascender fronteras.
Al mismo tiempo, fue presentado un libro escrito por la Prof. Sonia Bandrymer, en el cual se reseñan datos biográficos del artista, pero que fundamentalmente ofrece una impronta de la poesía que ha trasmitido Giacoya a través de su expresión pictórica.
En el acto inaugural, estuvieron presentes el Intendente Departamental Dr. Armando Castaingdebat, la Secretaria General Mtra. Beatriz Ríos, Asesor Coordinador de Cultura Prof. José Aldecoa y Asesora Lilí Lerena, quienes posteriormente, departieron con el propio Mario Giacoya, el representante de Galería Latina Pablo Marks, plásticos locales y público en general.
GIACOYA, EL PINTOR DEL PUEBLO
Tal, el título del libro escrito por la Prof. Sonia Bandrymer y al cual el destacado artista catalogó como una empresa casi quimérica, que significó un gran desafío no exento de dificultades. Sin embargo, el mismo fue el resultado de un proceso similar al de toda su trayectoria, ya que la misma también ha sido un continuo desafío y una empecinada búsqueda.
“De niño, yo fui el que escuchaba los cuentos de la abuela que trabajaba en el campo y –aunque nos mintiera un poquito- eran algo maravilloso. De esta manera, me fui formando una idea del trabajo y de la gente del lugar. Yo soy un lugareño de esta región, porque cuando adolescente, también pasaba por Flores, y siempre estuve rodeado de las cosas del campo. Y estuve rodeado de la gente que trabaja en el campo. Entonces, las historias que tenemos que contar es el mejor material que tenemos dentro de nosotros para expresarlo con sentimiento y poesía”… De esta manera, Giacoya resumía el punto de partida de sus trabajos a los cuales le pone una gran carga pasional para obtener un resultado de alta calidad expresiva y con una estética y equilibrio que atrapan.
En sus palabras, agregó que la temática que aborda un artista en sus obras simplemente “es un pretexto para tener un primer acercamiento con el espectador. Porque lo más importante es que cada uno de nosotros no tengamos en cuenta tanto el trabajo técnico, sino el qué somos por dentro. De ahí entonces, vamos a tener el universo en nuestras manos…Porque cada uno de nosotros tiene algo importante para contar a través de diferentes caminos, no sólo de la pintura, porque el arte tiene otros caminos como la música, el teatro, la poesía, la literatura… Y todos tienen una línea directa con nosotros mismos e incluso, con Dios o con el más allá…”.
Giacoya culminó diciendo que todos podemos hacerlo y que él lo aprendió después de cuarenta años, comenzando con lo más rudimentario, pero con fe y confianza y en su caso particular a través de los cuentos de su abuela.
 
EL ESTÍMULO A LOS JÓVENES
Preguntado acerca de esta experiencia de traer una muestra y presentar el libro en nuestra ciudad, el plástico expresó que “como hombre nacido y criado en el Interior, no se puede hacer otra cosa que responder al Interior. Soy un hombre que siempre ha tenido en cuenta sus raíces para realizar su trabajo. Y lo que me interesa, sobre todo, es estimular a los jóvenes para que por ahí se “enganchen” y puedan expresar sus propias vivencias, experiencias y su propia vida. Es lo que yo he hecho durante cuarenta años, pero que no termina ahí porque el que piensa que ya llegó está engañado. Uno siempre tiene que estar proyectando hacia el futuro, tener como el burro, la zanahoria por delante, para continuar. El camino se hace al andar y eso no es otra cosa que su propia historia”
Respecto a qué es lo que cuenta Giacoya a través de sus obras, el pintor respondió que “uno no puede olvidar sus raíces; en lo que expresa no puede sustraerse de su origen y de sus vivencias. Fíjese que Miguel Angel se peleaba con el Papa de turno para ver si ponía un santo allí o un santo allá; entonces, lo que estaba en juego era la historia de cada uno, para ver qué lugar ocupaba en el momento… yo con mi abuela tuve una relación estupenda y sin pensarlo, me estaba preparando para el futuro, me estaba estimulando para hacer lo que yo haría después”, expresaba el pintor, para culminar respondiendo que lo familiar tiene siempre una fuerza especial y el estímulo en el arte es un elemento fundamental para lograr una expresión fuerte y continua.
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